necesitamos ser más racionales, conscientes, realistas
dejar a un lado lo que nos gustaría hacer o decir
en virtud de lo que a la larga es mejor
dejar a un lado lo que sentimos
en virtud de no dañar al otro
Tengo miedo de que vaya a más
Tengo miedo de arrepentirme
Tengo miedo de pasarlo mal
De sufrir, de llorar
De no saber cuándo ni cómo va a acabar
Porque algún día acabará
y seré yo la que lo pase mal
Seré yo la inútil esperanzada
que por no ser amante de la incertidumbre
se tire sin manguitos a la mar
Y entre el meneo de aquí para allá
deje pasar por alto su dignidad
y se rebaje al fondo de la tempestad
de donde cuesta tanto escapar.
Pero ante la ignorancia de que me deparará
si soy fuerte y no cedo al mar
temo, temo y remo
meditándolo una vez más
Y cuando mis brazos no sientan ya
tendré que determinar
que es lo que quiero de verdad.
Los 500 millones de personas más ricas, el 7% de la población mundial, son responsables del 50% de las emisiones contaminantes. El 50% más pobre es responsable sólo del 7%.
El 60% de los ecosistemas del planeta están dañados.
El 20% de la corteza terrestre está degradada.
Deforestación, conversión de tierras, desertificación, alteraciones de los sistemas de agua dulce, sobreexplotación de los recursos marinos, contaminación y pérdida de la diversidad biológica.
La utilización exacerbada de la tierra sobrepasa en un 30% la capacidad para regenerarla.
El ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 416 millones de personas más pobres.
Los 2800 millones de personas que viven en la pobreza, con menos de 2 dólares al día y que representan el 40% de la población global, obtienen sólo el 5% del ingreso mundial.
Mueren al año unos 99,9 millones de niños antes de alcanzar el quinto año de vida, y el 99,9% de estas muertes ocurren en los países más pobres. La mortalidad infantil es de 47 muertes por cada 1000 nacidos vivos, pero es de solo 5 por cada 1000 en los países ricos.
La esperanza de vida en el planeta es de 67 años. En los países ricos es de 79, mientras que en alguno de los países pobres es de sólo 40 años.
1100 millones de habitantes sin acceso al agua potable.
2600 millones sin servicio de saneamiento.
Cada 15 segundos un niño muerto, por falta de acceso a agua potable y saneamiento.
Más de 800 millones de analfabetos.
1020 millones de personas hambrientas...
Y siguiendo a Leonardo Boff, la causa de todo esto, cuál es?
Esas personas que se preocupan por nosotros, que están ahí cuando de verdad los necesitas.
Esas personas que te han dado todo lo que han podido o lo han intentado.
Esas personas con las que tanto has disfrutado y te queda por disfrutar.
¿Porqué descargar en ellos tensiones provocadas por otros u otras situaciones que no les implican?
¿Porqué herirlos si no tienen culpa?
¿Porqué herirnos a nosotros mismos actuando de esta manera?
¿Quizá por eso que dicen de que “la confianza da asco”?
¿Quizá por que pensamos que aunque les tratemos mal seguirán ahí mañana?
Quizá no pase,
Quizá se cansen,
Quizá se marchen.
¿A caso somos masocas?
Será eso...sufrimos de masoquismo.
Espero el día en el que sea normal ver a una persona sin pareja a sus 20, 30 o cualquier edad, y que si estamos con una persona sea porque de verdad queremos estar con ella y no porque creamos que debemos estar con alguien.
¿Verdaderamente necesitamos amar a una persona y ser correspondidos?
Toda la vida creyendo que existe nuestra “media naranja” y que la encontraremos o ella nos encontrará a nosotros...y en realidad, no deberíamos “exprimirnos” tanto. Cada uno de nosotros ya somos una “naranja entera”, somos personas auto-suficientes en potencia.
Debemos saber cuando librarnos de esas mariposas que interfieren en nuestro pensamiento...en apariencia agradables y bonitas pero irreales, porque las películas de amor son ficción y, por lo tanto, el tópico de amor que nos inculcan también.
Dicen que el mundo está hecho de sueños, si esto fuera cierto viviríamos en la nada. Podemos ser soñadores mientras no perdamos nuestro sentido de la realidad. Y esa realidad es que no podemos depender de otra persona. Tenemos que hacernos a la idea de que somos o podríamos llegar a ser “naranjas completas” madurando por nosotros mismos hasta caer del naranjo.